SUMMA SUMMARUM:
LOS QUE PRETENDEN DIFAMAR LAS GESTIONES Y LA PERSONA MISMA DEL EX PRISIONERO POLITICO, ABOGADO, EX INTENDENTE UP DE OSORNO, PRESIDENTE DE LA UNIÓN DE EX PRISIONEROS POLÍTICOS; SI PRETENDEN SEGUIR EN ESA MISERABLE ACTITUD, SE LES LLAMA A SER COHERENTES (si tienen el coraje para ello);
LOS DESAFIAMOS A QUE ACUDAN A LOS TRIBUNALES. PERO LES RECORDAMOS QUE HASTA AHORA JUNTO A VICTOR ROSAS, SOMOS YA MÁS DE DOS MIL LOS INJURIADOS.
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UNA CARTA MUY ACLARADORA
De: «Pedro Alejandro Matta»
Tema: Sobre controversias por demanda de ex pp.
Fecha: 28 Mayo 2007
En los ultimos dias he sido el destinatario de algunos mensajes y, ademas, he podido leer en distintas publicaciones en Internet acusaciones vertidas en contra de Victor Rosas Vergara y llamados al descredito respecto de la demanda de la que Rosas es abogado patrocinante en representacion de un grupo numeroso de ex presos politicos.
No soy parte de la organizacion de ex presos politicos que dirige Victor Rosas, no me considero amigo personal de el, aunque si lo conozco, ni tampoco soy parte de ninguna de las demandas que el ha patrocinado. Hace ya largo tiempo que no soy miembro de ninguna de las organicas de ex presos politicos y, a traves de las comunicaciones difundidas –y de su contenido– y a las que acabo de hacer mencion, quedan claras las razones que me impulsaron a separarme y prescindir de las organicas ya mencionadas. Es esta tambien la primera vez que hago publica mi posicion a este respecto, en razon de entender que, independientemente de la valoracion que yo tenga de esas organicas y de sus dirigentes, la sola posibilidad de que ex presos politicos se reunan y organicen –y tengan capacidad de respuesta ante situaciones juridicas y politicas cambiantes– es un elemento que no debe ser menoscabado.
Respecto de mi persona, he adoptado un curso de accion independiente que se expresa en mi vinculacion permanente a los temas de Derechos Humanos y en tratar de difundir las noticias relacionadas con ellos en el ambito mas amplio posible. Ademas, y en el plano judicial, haber iniciado una querella por torturas en contra de Augusto Pinochet, querella que sirvio de sustento, en el caso conocido como Episodio Villa Grimaldi –y en conjunto con otras 22 personas– para que la Corte Suprema de Justicia concediera su desafuero y lo encausara por torturas, situacion inedita hasta ese momento.
Ante las acusaciones vertidas en contra de Rosas considere que no podia permanecer silente y al margen. Acusaciones que han sido publicitadas a traves de Internet y que, a mi juicio, revisten el caracter de injurias y calumnias puesto que son lanzadas sin la menor sustentacion probatoria en contra de Rosas, adjudicandole las mas aviesas intenciones y calificandolo como un vulgar delincuente.
No ha llegado a mi conocimiento, ni tampoco se ha hecho publico, ninguna accion judicial en contra de Rosas que de base a alguno de los calificativos que ha recibido. Ni por parte de sus clientes, ex presos politicos que le han entregado su patrocinio y representacion, ni por sus acusadores publicos y firmantes de los mensajes en comento que, si fueran coherentes, deberian acudir a los tribunales a iniciar acciones legales en contra de Rosas y en defensa del conjunto de ex presos politicos que dicen representar.
Ninguna de estas situaciones ha ocurrido. Solo la difusion de mensajes acusatorios, sin base, que lo unico que obtienen es contribuir a la confusion y propender a la mayor dispersion y atomizacion de las organicas de ex presos politicos existentes.
Es mas, creo necesario recordar que de los poco mas de 27.000 casos de prisión política y tortura contenidos en el Informe de la Comsion Valech –documento sobre el que hay consenso que incluye solo una parte de los casos ocurridos– , las organicas de ex presos politicos actualmente existentes no alcanzan a agrupar ni siquiera al 5 % de ellos.
Por ultimo, causa extrañeza que dirigentes y miembros de una organizacion de ex presos politicos, y por tanto, supuestamente vinculados a la defensa de los Derechos Humanos, haga caso omiso del respeto a la dignidad y al honor de una persona.
Pedro Alejandro Matta.
Santiago de Chile.
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Revista “PURO CHILE, 30 enero 2005
Ante el suicidio de mi torturador
Conocí a Barriga -mejor dicho, él me conoció a mí- en Villa Grimaldi, a mediados de mayo de 1975. Él en su calidad de torturador y yo, en mi calidad de «prisionero de guerra» y detenido-desaparecido en Villa Grimaldi, vendado, amarrado, torturado e identificado tan sólo por un número, el 209.
La noticia de su suicidio un par de semanas atrás, me sorprendió fuera de Santiago. No puedo decir que su muerte me entristeció. No se entristece un torturado al enterarse de la muerte de su torturador. Sin embargo, ella no me causó ninguna alegría: me causó decepción. Esperaba y confiaba que en algún momento me encontraría con Barriga en un careo judicial. Era lo que esperaba como resultado de la querella por torturas que ingresé a los Tribunales de Justicia el año 2002 y que se encuentra actualmente en trámite. Allí individualizaba a Barriga, «don Jaime», como el comandante de la unidad de la DINA responsable de la represión al Partido Socialista en 1975 y como uno de mis principales torturadores.
No sentí ni he sentido nunca odio contra Barriga. El odio, ante la inconmensurable crueldad de los crímenes cometidos, parece un sentimiento casi banal… Sentí -y siento- un profundo desprecio y una gran repugnancia hacia él y hacia todos aquellos que torturaron, asesinaron e hicieron desaparecer a personas.
Creí que iba a tener la oportunidad de poder mirarlo directamente a los ojos. En Villa Grimaldi estuve siempre permanentemente vendado, amarrado y físicamente destrozado. Al enfrentarlo cara a cara, esperaba poder tratar de entender qué es lo que hay dentro de un sujeto que es capaz de hacer pasar las ruedas delanteras de una camioneta por encima de las piernas de un detenido (caso de Ariel Mancilla Ramírez, constructor civil detenido desaparecido y amigo mío, torturado de esa forma en Villa Grimaldi en marzo de 1975); un individuo que es capaz de colgar de los testículos a otro detenido desde un árbol que aún existe, el gran ombú que domina lo que hoy es el Parque por la Paz (caso del médico amigo mío y anterior diputado del Partido Socialista, Carlos Lorca Tobar, detenido desaparecido en Villa Grimaldi en junio de 1975); un sujeto que es capaz de torturar con electricidad y asesinar a una mujer que se encontraba en su octavo mes de embarazo (caso de Michelle Peña Herreros, ciudadana española, también en Villa Grimaldi en la misma época) o un ente que es capaz de torturar a una joven mujer -integrante de la estructura del P.S. a la que yo pertenecía- introduciéndole un palo de escoba en la vagina -sucesos que ocurrieron en los mismos días en que yo me encontraba en Villa Grimaldi.
O, como en mi caso, ordenar y participar en torturas -colgamientos- que provocaron lesiones «por torsión y tracción» de acuerdo al informe pericial del Instituto Médico Legal relacionado a mi querella, las cuales persisten hasta el dia de hoy en mi hombro izquierdo.
Pero para Barriga no era importante tan sólo destruir «al enemigo» a través de brutales torturas. También era igualmente necesario denigrarlo y humillarlo, forzando dentro de la boca del prisionero que permanecía con los ojos vendados y amarrado a la parrilla, los excrementos que habian sido expelidos de su cuerpo como efecto de la pérdida de control de los esfínteres por las descargas eléctricas durante la sesión de tortura. Y puedo dar fe de ello porque así ocurrió en mi caso. Y Barriga no era peor que sus subordinados o sus jefes inmediatos.
Y se suman a este breve recuento y experiencia personal referida a Barriga, los centenares de casos de torturados, con sus desconocidos detalles y decenas de desaparecidos de los cuales Barriga debería haber dado cuenta antes de morir, incluyendo las víctimas de Calle Conferencia, caso que lo llevo a saltar al vacio.
Ese era el tipo que se suicidó. No creo que haya sido una gran pérdida para la humanidad.
Barriga sólo permaneció un breve tiempo en detención. Y ésta se llevó a cabo en el entonces recinto de Policía Militar del Regimiento de Telecomunicaciones de Peñalolén. El mencionado recinto de detención -el cual tuve oportunidad de conocer- era un pequeño parque arbolado que contaba con seis cabañas de las cuales se asignaba una a cada militar detenido por violación a derechos humanos. Las cabañas contaban con dos dormitorios, living-comedor, cocina, baño, teléfono, computador conectado a internet y televisor conectado a cable, y estaban distribuídas alrededor de una piscina común. Barriga jamás pisó una cárcel, al menos en calidad de detenido.
Barriga se quejaba de que su pension de retiro como oficial de ejercito, ascendiente a más de $ 700.000, le era insuficiente para vivir y, por tanto, se veía obligado a trabajar para obtener ingresos extras.
Barriga jamás entregó información útil para dilucidar casos de violación de derechos humanos.
Ello lo hizo objeto de la FUNA, a la cual Barriga en su carta póstuma tambien culpó de su muerte.
Participé en la primera FUNA que se realizó en este país, el 1° de Octubre de 1999, FUNA que se dirigio a un médico torturador.
Posteriormente y de acuerdo a mis disponiblidades de tiempo, participé en muchas otras, incluyendo la FUNA al propio Barriga frente a su domicilio, el departamento que poseía en Irarrázaval con Campos de Deportes.
No pude asistir -porque me encontraba en actividades académicas fuera del país- a la FUNA que lo denunció como alto empleado de Supermercados Líder, pero si hubiera estado en Chile con seguridad habría ido pues suscribo absolutamente los objetivos de la FUNA: creo que es extremadamente importante y necesario informar a los vecinos de los distintos barrios de los torturadores y violadores de derechos humanos que viven en su entorno inmediato. Como así mismo, informar a los trabajadores de distintas empresas e industrias de aquellos asesinos que trabajan junto a ellos, o que los dirigen. Asesinos o torturadores que viven ocultando su identidad y su pasado. Y esta actividad de denuncia pública, la FUNA, se efectúa siempre sin violencia, portando pancartas y lienzos alusivos, distribuyendo volantes con la fotografía, la dirección, y la biografía del funado, tocando música, cantando canciones y demostrando genuina alegría -la alegría que se produce naturalmente por saber que se esta haciendo lo correcto y lo decente- y donde jamás han existido daños a la propiedad pública o privada -incluida la del funado-, con personas -mayoritariamente jóvenes- que van a rostro descubierto y que no se ocultan bajo identidades falsas o rehuyen responsabilidad por la actividad que han decidido apoyar. ¡Qué distinta actitud comparada con la asumida por sujetos como Barriga o sus colegas!
Ante el suicidio del torturador se ha afirmado por parte del Comandante en Jefe del Ejercito que Barriga vivió con honor. Sólo me cabe reflexionar sobre el contenido y significado de esas palabras. Concluyo entonces que el concepto de honor militar del actual Comandante en Jefe está necesariamente a la altura del torturador suicidado. Conozco y respeto a otros militares -de Fuerzas Armadas de otros países- y sé que su concepto de honor militar no coincide con rendir visitas de pésame a la familia de un torturador y efectuar un homenaje póstumo a un criminal. Es un sui generis concepto del honor militar y de la dignidad del que hicieron gala Barriga y sujetos de su misma calaña y que hoy es recogido por el Comandante en Jefe del Ejército. Es también una demostración más de que el ejército de Chile continúa siendo el ejército de Pinochet y que el proceso de reconstrucción moral de sus efectivos durará todavía por muchos años, hasta que el último de los oficiales de Pinochet -Cheyre incluido- hayan desaparecido y su legado de horror y su concepto del «honor militar» hayan sido borrados por la historia, por los procesos judiciales y por la civilidad.
Pedro Alejandro Matta Lemoine
Ciudadano Chileno, Cédula de Identidad 5.920.271-5
Estudiante de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile hasta el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Ex prisionero político de la Dictadura (1975-1976) y refugiado político y exiliado en Estados Unidos (1976-1991).
Conferencista y Expositor en temas de Derechos Humanos, Western Hemisphere Institute for Security Cooperation, Fort Benning, Georgia, Estados Unidos (2001-2002).
Socio Investigador Academico, Western Hemisphere Institute for Security Cooperation, Fort Benning, Georgia (2002)
Integrante del Curso para Instructores Militares en Derechos Humanos, Western Hemisphere Institute for Security Cooperation, Fort Benning, Georgia (2002).
Diplomado del Curso de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, Quinta Brigada del Ejército de Colombia, Oracle University, y Universidad Autónoma de Bucaramanga (2002).
8 opiniones en “RESPUESTA CONTUNDENTE A LOS DIFAMADORES DE LAS GESTIONES DEL ABOGADO Y PDTE. DE LA UNEXPP, VICTOR ROSAS”