26 DE JUNIO, DÍA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON VÍCTIMAS DE TORTURA

Con motivo del Día Internacional de Apoyo con las Víctimas de la Tortura, la Unión de Ex Prisioneros/as Políticos/as de Chile, (UNExPP de Chile), expresa su solidaridad con todas las víctimas de tortura, e instamos al Gobierno a cumplir con lo que establece la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, que entró en vigor el 26 de junio de 1987, suscrita por nuestro país.

La tortura es un delito en virtud del derecho internacional; su prohibición es absoluta e inequívoca. La tortura no puede justificarse bajo ninguna circunstancia, ni un estado de guerra ni en respuesta al terrorismo, la inestabilidad política ni a ninguna otra emergencia pública.

El daño que provoca la tortura, es un daño permanente, si este no es atendido inter disciplinariamente. Las secuelas de la tortura, se experimentan a distintos niveles: personal, social, familiar, pero también a nivel físico, por las heridas sufridas, y a nivel sicológico, mediante cambios en la personalidad, depresión, trastornos nerviosos y angustia.

El acto de tortura, generalmente es el comienzo de un proceso de degradación, que se puede mantener en la persona torturada, además de ser transversal a la familia, hasta la tercera generación. Es por eso que la Convención Contra la Tortura, estipula que los Estados deben velar por que las víctimas de la tortura bajo su jurisdicción obtengan reparación, incluidos los medios para una rehabilitación tan completa como sea posible, además de la justicia penal que corresponde.

Cuando los Estados descuidan su obligación de prevenir la tortura y no proporcionan, de manera rápida y efectiva, indemnización, rehabilitación y formas de reparación a las víctimas de la tortura, además de no juzgar y castigar a los torturadores, persistiendo la impunidad de los autores; las víctimas siguen sufriendo.

Esta es la razón, por la cual denunciamos al Estado de Chile de incumplir en todos los ámbitos del Derecho Internacional Humanitario. Desde la llegada de los Gobiernos post dictadura, además del abandono de las víctimas, se ha instalado sistemáticamente la impunidad y la protección de los torturadores.

El precedente que se ha entregado a la sociedad es nefasto, y contribuye a que actos de tortura se sigan repitiendo cada vez con mayor fuerza, mayoritariamente practicado por carabineros, principalmente en el contexto de detenciones de ciudadanos, que participan en actos públicos por demandas sociales u otros detenidos por otras razones.

El Día Internacional de la Solidaridad con las Víctimas de la Tortura, es una ocasión para recalcar el derecho internacionalmente reconocido de todos los hombres y las mujeres a vivir libres de la tortura. Es una oportunidad también para reafirmar nuestra decisión colectiva contra estos actos inhumanos, y denunciar su ocurrencia, donde quiera que ocurran y contra quien sea que los sufra.

UNExPP de Chile

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Nota del editor.

Este artículo lo publicamos el 26 de junio de 2018. Hemos decidido volver a reproducirlo dos años más tarde porque, en lo fundamental, continúa plenamente vigente. Más aún, a partir de la Revuelta Popular que estalló el 18 de octubre de 2019, el estado por medio de sus agentes policiales y militares ha vuelto a aplicar torturas contra los manifestantes que reprimió en las calles. Estas torturas han sido ampliamente documentadas, tanto por el pueblo en medios sociales, como oficialmente por el Instituto Nacional de Derechos Humanos. De igual manera, la represión contra la lucha del pueblo Mapuche está plagada de instancias de tortura, al punto del asesinato de miembros de la comunidad, como el caso Catrillanca, verdaderamente sin mediar acción alguna de los ciudadanos. En consecuencia, el estado chileno, no solamente bajo la administración del actual presidente Piñera, sino durante todos los gobiernos del período de vuelta a la «democracia», ha continuado reprimiendo, torturando y asesinando con impunidad. Los que fuimos encarcelados, torturados, exiliados, maltratados durante la dictadura cívico-militar de Pinochet (1973-1989), y que sobrevivimos todo eso, hemos sido testigos de esta situación.