Nos enfrentamos nuevamente a otro 8 de Marzo en Chile. Consideramos necesario insistir en clarificar que en esta fecha no se conmemora a la mujer por su género, es decir por el sólo hecho de ser mujer. El 8 de marzo se conmemora el día de la mujer trabajadora, que en un momento de la historia, luchó por mejores condiciones de trabajo, oponiéndose al sistema de semi-esclavitud laboral a la que eran sometidas.
Entonces ese espíritu de rebeldía, ese espíritu de lucha y ese grado de conciencia es la que se debe agregar a la mujer en ésta nueva conmemoración, de esta etapa histórica. Los tiempos han cambiado y sus necesidades también. Pero, en lo fundamental en una sociedad neoliberal las formas de sometimiento y explotación se han diversificado, adquiriendo características más sutiles, que encubren o maquillan la brutalidad de su esencia y que someten a sus designios a toda una sociedad, a los trabajadores en general y muy especialmente a la mujer consciente, la mujer trabajadora, tanto urbana cómo rural.
Hoy las mujeres conscientes y revolucionarias deben luchar en dos frentes, por un lado contra el machismo que ha impregnado nuestras sociedades desde hace siglos. En su forma más extrema, este machismo se manifiesta en el abuso y femicidio de incontables mujeres, en nuestro país y en otras latitudes. Y por otro lado, en contra del sistema inhumano y brutal que nos han impuesto los capitalistas que dominan el mundo.
Es importante reconocer que se han diversificado las causas que provocan y animan a la mujer a tomar las banderas de lucha. Es así como como muchas de ellas asumen la defensa de territorios ancestrales, de sus derechos reproductivos, además de asumir también la lucha por la defensa del agua, del medio ambiente y la biodiversidad, de las riquezas naturales, de los derechos humanos etc., y se transforman en motores de creación de conciencia en sus comunidades, en sus poblaciones o en los lugares en que viven y se desarrollan.
Sabemos que esta lucha no es gratuita y que por ella se deben pagar altos costos. Si bien hoy tal vez no se atreven a asesinarlas en forma masiva como lo hicieron el siglo pasado con las trabajadoras textiles en 1857 en Nueva York, si lo hacen selectivamente.
Es así como muchas de nuestras hermanas han pagado su compromiso y consecuencia con su vida, ya que se transformaron en un peligro para los intereses de los grandes empresarios. Estos, coludidos con los gobiernos de sus países, ponen la maquinaria de exterminio a su disposición para eliminar a esas mujeres líderes que con su consecuencia guían e incentivan a sus comunidades a luchar en contra de los intereses y la ambición depredadora del capital foráneo, que transforma nuestros países en meros objetos de extracción de materias primas empobreciendo y condenando el futuro del planeta a una grave degradación y con ello amenazando la calidad de vida de los seres humanos.
Es así como hoy al conmemorar este nuevo 8 de marzo de 2018, queremos resaltar como ejemplos de consecuencia y lucha a la hondureña, Berta Cáceres y la chilena Macarena Valdés, ambas activistas medioambientales asesinadas el año 2016
En su nombre, la UNExPP de Chile, saluda a todas las mujeres trabajadoras, urbanas y rurales y a todas las mujeres que hacen parte de sus vidas la lucha por nobles ideales.
¡Arriba las que luchan!
Directiva de la UNExPP de Chile