La Comisión Organizadora de este Octavo Encuentro Anual de Ex Prisioneros Políticos de Chile tiene el honor de darles la bienvenida a todos y cada uno de ustedes que han venido de diferentes puntos del país, e incluso del extranjero, a participar en el evento más importante del año que convoca la UNIÓN DE EX PRISIONEROS POLÍTICOS DE CHILE.
Dan especial realce a esta ceremonia de apertura del 8º Encuentro Nacional, la importante presencia de autoridades y participación del señor Alcalde de Frutillar, compañero Ramón Espinoza, quien ha prestado todo su auspicio y apoyo al evento de derechos humanos que nos convoca la UNExPP de Chile.
SOMOS la “Unión de Ex-Presos Políticos de Chile” (ONG) que asocia a chilenos y chilenas que fuimos detenidos, torturados, procesados y condenados durante los años que duró la dictadura, ya sea por haber sido adherentes al gobierno de Salvador Allende o militantes de los partidos políticos de la Unidad Popular, los que apoyaron su gobierno, o por habernos organizado y rebelado contra la dictadura militar.
Los ex prisioneros políticos y torturados no fuimos considerados como víctimas de la represión en el primer decenio de los gobiernos de la Concertación. Nos organizamos a raíz de la detención del tirano en Londres con el propósito fundamental de allegar más cargos y pruebas contra Pinochet y así asegurar que fuera juzgado por sus crímenes que repugnaron a toda la humanidad en la causa que llevaba el juez Garzón en España. Esa incipiente organización de ex prisioneros y torturados se movilizó para preparar y presentar querellas por los crímenes de secuestro y tortura de que fuimos objeto.
Luego, en una segunda etapa, se despertó la inquietud por rehabilitar nuestra situación de prisioneros y torturados por nuestras ideas y conducta política. Buscando cumplir el objetivo se presentó en Valparaíso la primera demanda civil contra el Estado de Chile, exigiendo el pago de una indemnización para las víctimas.
Surgieron discrepancias y divisiones en nuestro movimiento, si la reparación debía consistir fundamentalmente en indemnización o en una pensión, y se despertaron también los apetitos por “controlar” políticamente el movimiento.
El año 2003 fue el año del fracaso de la unidad.
Como una reacción ante la dispersión y debilitamiento de la orgánica, se levantó la Unión de Ex Prisioneros Políticos con la claridad de constituirse como un órgano de presión con el objetivo claro de reivindicar nuestros derechos. En nuestro Primer Encuentro Nacional e Internacional convocado en Iquique en mayo de 2004, establecimos primordialmente el principio básico de que la reparación y la indemnización son un derecho inalienable de las víctimas, que la comunidad internacional con sus tratados y convenciones hacían forzoso a los Estados que hubieren violado los derechos humanos a indemnizar justa y adecuadamente a todas las víctimas. En razón de tal convicción, reafirmamos continuar con la vía judicial de las demandas civiles contra el Estado, medio por el cual hacíamos claridad públicamente que no nos resignábamos a ser burlados en nuestros derechos.
Nuestros planteamientos no fueron escuchados por el Gobierno que implantó un modelo austero y simbólico de reparación con la aprobación de la ley 19.992 que fundamentalmente otorga pensiones muy austeras, sin efecto retroactivo, exclusivamente para los sobrevivientes y algunas medidas rehabilitadoras en materia de salud y educación. La familia quedaba excluida de todo salvo del precario programa de salud PRAIS (que ya se tenía).
Ello condujo a que la UNExPP funcionara como una organización opositora al modelo miserable y tratamiento vejatorio a los viejos tercios de la Unidad Popular. La Presidenta Bachelet nos negó audiencia y prefirió conversar con sectores no representativos de las bases. El desaliento y decepción, producido en muchos de los postergados, precipitó el desalojo propiciado por la coalición de derecha.
En este nuevo escenario, cuando el país es gobernado por los adversarios políticos, herederos de la Dictadura, se hace aún más necesario y urgente unir banderas bajo objetivos definidos y claros como los que siempre hemos asumido en la Unión de Ex Prisioneros Políticos de Chile.
Nuestra lucha por la rehabilitación más completa posible de las víctimas de tortura y su derecho a una indemnización justa y adecuada, ha de darnos los recursos que nos hacen falta también para lograr justicia plena y combatir la impunidad. El Estado de Chile ha protegido a los torturadores estableciendo el secreto oficial por 50 años de los antecedentes recogidos por la Comisión Valech y así tampoco se persigue la responsabilidad penal de los criminales de guerra y dictadura. Entonces, seremos nosotros, con los recursos que se obtengan, los que estaremos en condiciones y podremos impulsar la lucha contra la impunidad de los verdugos.
Así cobra valor y respeto el quehacer de los ex prisioneros y torturados orientados por nuestros principios de establecer la Verdad, el imperio de la Justicia y la Reparación integral para todas las víctimas.
Es nuestra responsabilidad, en este Encuentro dar un gran paso al frente llamando a la UNIDAD de todo el movimiento por la defensa y promoción de los Derechos Humanos.
¡¡¡BIENVENIDOS COMPAÑEROS!!!
¡¡¡VENCEREMOS!!!