El exilio político lo entendemos como un exilio forzado que implica la permanencia de una persona o una familia en un país extranjero por decisión administrativa y por razones puramente políticas. Este es un hecho inédito en la historia de Chile que contradijo claramente la doctrina jurídica universalmente adoptada por decisión propia por Chile en lo constitucional.
Esta salida obligada, sin que nazca de una elección personal, significó, como aquí se ha mencionado, nostalgia, desarraigo, pérdida laboral, presión constante para adaptarse a este ambiente diferente, desintegración familiar, perdida de los seres queridos, y que eran fuente además de afecto fundamental para el desarrollo de una persona. Aislamiento y marginalidad. Por tanto este exilio por tener un carácter indefinido produjo una angustia permanente al no saber cuando serían autorizados para volver.
Las distintas formas del exilio, las distintas maneras de salir al exilio.
Las razones son obvias: la persecución política, la prisión, pero las formas fueron distintas desde los primeros días de los asilos en las embajadas. Luego cuando empiezan a salir otros decretos que van quitándose la nacionalidad a algunas personas, hay una serie de nuevos decretos leyes que va imponiendo la Junta Militar que implica que algunos chilenos que estaban fuera del país y habían salido sin problemas con pasaporte, no podían volver porque le marcaban una letra “L” porque estarían haciendo actividad política en contra del régimen. algunos salen por pena de extrañamiento, por expulsión, o por sus propios medios. Es decir, no expulsados ni puestos en el aeropuerto en las condiciones que salían la gente de las cárceles, pero logran salir por su propia cuenta y luego solicitan refugio.
Al salir del país, ya sea por medios propios o haber sido expulsado, implica una serie de dificultades. De partida, todo aquello que tiene que ver con aprender a vivir en otra cultura, en una sociedad diferente a la propia.
Las edades de los exiliados, fue de un promedio de edad de 32 años. Salió gente muy joven, algunos estudiantes. Además los hijos eran de corta edad. Salieron parejas recién armándose con las mismas tensiones que generaba al tener que adaptarse a otra cultura, terminaron teniendo dificultades y separándose. El promedio de separaciones en el exilio no tiene par con lo que ocurría en Chile. Se disparan las cifras de una manera muy fuerte. Lo que implica otro quiebre, otra derrota, otro fracaso en la vida familiar.
Cuando uno lo revisa desde la memoria de las personas que estuvieron exiliadas, en la primera etapa, se nota una sensación muy fuerte de trauma y una condena. Una condena por haber sido derrotado políticamente y el trauma que implica haber perdido una familia, un país y tener que adaptarse a vivir en otro lugar. Esa memoria es muy fuerte en la primera etapa.
Por estas razones nos referiremos a nuestro Compañero Juan Andrés Oyarzo Aguilar, dirigente obrero del frigorífico de SOCOAGRO, fallecido el 20 de Julio de 2009.
Ya la noticia suena escueta, sencilla: ha fallecido el compañero Juan Andrés Oyarzo Aguilar, allá muy lejos en las Antillas Holandesas.
Pero para nosotros, esta noticia, es extraordinariamente estremecedora.
Juan Andrés, es uno de aquellos luchadores que dejan huella indelebles a su paso por esta vida, crecido desde niño, en el populoso barrio 18 de Septiembre, hijo del rigor, suplementero, estudiante, trabajador matarife, delegado sindical, Presidente del sindicato de SOCOAGRO de Puerto Porvenir (Tierra del Fuego). Siempre preocupado de sus compañeros de trabajo, convencido en la búsqueda permanente de una sociedad más justa, más solidaria, más democrática, él soñaba con edificar una sociedad íntegra y cohesionada socialmente.
Ingresa al Partido Socialista de Chile convencido, de integrar un proyecto político histórico de transformación democrática para los trabajadores de Chile, sustentado en la transformación económica social, a partir de la generación y convergencia de movimientos políticos y sociales, de corrientes culturales que generen redes sociales, mayorías populares, y convergencias democráticas, con libertades públicas, producción cultural, justicia social e igualitaria en el marco de una democracia participativa y una economía social solidaria.
En ese tiempo de luchas, ideales y sueños lo sorprende el golpe de Estado de 1973, brutal agresión al pueblo y su destino, proporcionado por una dictadura de civiles y militares, fue detenido, encarcelado, sufriendo el encierro y la tortura, confinado al campo de concentración de Isla Dawson y posteriormente sufre la peor de las torturas…..el Exilio.
Atrás quedaron, su esposa, sus hijos, sus amigos, sus compañeros de ideales, su Punta Arenas, su Patagonia, esto no era lo que soñaba aunque estaba cargado de sueños no cumplidos, de penas infinitas, de historias no contadas, de luchas y esperanzas, de amores trastocados, tuvo que partir, aún convaleciente de las heridas que le provocó la tortura, de la piel quemada por la corriente, y con otra herida aún más violenta la herida del corazón de abandonar todo lo que quería y tenía.
Hasta siempre compañero Juan, trataremos de hacerte regresar, te fuiste de tu tierra sentado en un avión masticando más de alguna pena o un recuerdo, y ahora si podemos traerte lo será en una pequeña ánfora. Así paga nuestro Chile el que hayas sido un valiente luchador obrero.
Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos
Centro Cultural Solidario de Refugiados Políticos En la Patagonia