Yo nunca fui “político”, “siempre fui un simple pobre weón”, me dijo cuándo se acercó a nuestra organización..…nunca tuve que ver con esa “weá”, dijo, de acuerdo a su forma dura, directa, seca y popular que tenía de expresarse. Sin embargo fue objeto de sospecha, suponían estar ante un gran dirigente “terrorista” que andaba en la clandestinidad, como se les consideraba a los comunistas, socialistas o miristas en esa época.
Así fue, como, se transformó en objeto de sospecha, al que había que arrancarle la verdad a como diera lugar. Para ello la tortura era la mejor manera de “persuadir” al sospechoso para que entregue la información, tan trascendental que se suponía, tan celosamente se negaba a entregar.
Es así como en las manos de sus captores, debió sufrir, todo tipo de apremios, vejámenes y las más crueles torturas. El insistía en que solo había entrado a Argentina a buscar trabajo, que él no era “político” que no entendía nada de política. Nada sirvió para convencer a aquellos que no se conformaban, con tener que admitir que no habían realizado una pesquisa importante a nivel internacional, hecho que les podría significar, escalar en grados y reconocimientos.
Su cuerpo recibió la furia y la crueldad más impensable e inhumana, dejando muchas huellas en él. Pero las peores huellas quedaron en su psiquis. Nunca más pudo superar este episodio tan brutal del que fue objeto. Compañera me dijo, “estos weones, me transformaron en un “compañero”, aun cuando no entiendo mucho del porqué, pero ahora soy uno más de este grupo y ustedes me acogieron y me dicen compañero Cuniberto y eso me gusta, aun cuando no entiendo mucho el significado político de eso, pero cuando me llaman compañero, me siento bien, porque siento que detrás de eso hay cariño y aceptación”. Sin ser “político” como el compañero decía, fue un miembro muy disciplinado de nuestra organización, muy colaborador, leal y consiente que debíamos luchar por nuestros derechos.
En varias ocasiones, medio en broma medio en serio, nos manifestó su cansancio y sus ganas de partir y comentó que hasta para suicidarse tenía “mala suerte”, ya que había fallado en dos ocasiones. Muchas veces intentamos persuadirlo, pero a esa altura sabíamos que era cuestión de tiempo, que concretara lo que se había propuesto. Estimado compañero, te aceptamos, te acompañamos, te apreciamos, y hoy lamentamos tu partida. Tu vida era lo único que tenías y te pertenecía; razón por la cual también respetamos tu decisión de partir.
Nos entristece profundamente, que te hayas ido, como tantos otros, sin haber experimentado la dulzura de haber recibido la justicia y la reparación que el Estado te adeudaba. En tu tragedia querido compañero queda la evidencia, como todo el sistema te falló, si hubieses recibido una indemnización justa y adecuada de acuerdo al daño que se te causó, te habría permitido vivir con menos apremios económicos, menos preocupación y no en la pobreza que fue lo que caracterizó tu vida y sí hubieses recibido un tratamiento psicológico de calidad, al que tenías derecho, el desenlace de seguro, también habría sido diferente.
Querido compañero, Cuniberto Almonacid, descansa en paz, que nosotros seguiremos en la lucha!
Nelly Cárcamo V.
Vicepresidente de la Unión de Ex Prisioneros Políticos y Torturados de Osorno
Osorno, 16 de diciembre de 2016.
(En la foto el compañero Cuniberto en reunión del 3 de diciembre de la Unión de Ex Prisioneros Políticos y Torturados y de los Beneficiarios Prais de Osorno)
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