Nos encontramos a pocos días de cumplir los 50 años del golpe cívico – militar con Augusto Pinochet a la cabeza. A partir de ese momento nuestro país se transformó en un infierno para todos los militantes y simpatizantes de la Unidad Popular, sin dejar fuera de la ola represiva a los allendistas y chilenos que apoyaban al gobierno popular.
Miles de compatriotas, hombres, mujeres, niños, adolescentes y ancianos fueron detenidos, secuestrados, y llevados a centros ilegales de detención y tortura donde pudieron palpar lo que un ser humano guiado por el fanatismo, con el odio y el poder, es capaz de hacerle a otro ser humano.