DISCURSO DE NELLY CÁRCAMO, PRESIDENTA NACIONAL DE LA UNExPP, EN LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN

DSCN1193.JPG

Estimados compañeros:

La Unión de Ex Prisioneros Políticos de Chile UNExPP, la Agrupación de Familiares de Ex Prisioneros Políticos Fallecidos, la ANEXPP – Histórica y otras organizaciones hermanas, conjuntamente con los compañeros Ex Prisioneros Políticos del Exilio, representados por EXILIO URBANO, quienes en esta oportunidad ante la imposibilidad de estar físicamente con nosotros, se hacen presente con la hermosa ofrenda floral, nos encontramos nuevamente reunidos frente al monumento de nuestro querido compañero Presidente Salvador Allende Gossens, para conmemorar los 102 de su natalicio y homenajear su magna figura.

Queremos mencionar también que en el día del natalicio de nuestro querido Compañero Presidente Salvador Allende, el 26 de junio, se conmemora además el día de la Solidaridad con las Víctimas de la Tortura, creemos que de verdad no existe una mejor fecha para expresar nuestra solidaridad con las víctimas de la tortura, y expresar además nuestro compromiso de luchar para erradicar este flagelo que revela los sentimientos más ruines de las personas y estados que la practican

Queridos Compañeros, Salvador Allende, hombre promotor de la paz y de la justicia social y fiel a sus principios democráticos, intenta por primera vez en la historia de la humanidad llevar a cabo la revolución a través de un proceso de cambios por la vía pacífica, transitando por las vías legales ofrecidas por el sistema burgués y en este esfuerzo encontró la comprensión, el apoyo y la simpatía de todo el mundo; menos por supuesto de quienes veían amenazados sus intereses y privilegios.

Consumada la victoria electoral de la Unidad Popular, representada por nuestro querido compañero Presidente Salvador Allende, con un programa social y político que contenía importantes medidas para responder a las necesidades sociales y políticas más urgentes y sentidas de un pueblo, que hasta allí no había sido escuchado en sus demandas.

Desde el mismo momento que Salvador Allende es elegido, inclusive antes que asumiera el gobierno, comienzan las maniobras conspirativas de los sectores más reaccionarios de nuestro país, para evitar que asumiera su cargo como Presidente de Chile elegido por el voto popular, no escatimando esfuerzos, llegando inclusive al extremo de asesinar a René Schneider, Comandante en Jefe del Ejército.

La profundización de la reforma agraria hace que los grandes terratenientes y latifundistas reaccionen saboteando la producción agrícola, mientras los propietarios de los centros de producción y distribución se hacían parte de las actividades de sabotaje, mediante el acaparamiento de las mercancías provocando en forma artificial la escasez de los alimentos básicos.

La nacionalización del cobre fue una estocada en pleno corazón al imperialismo, quienes intensificaron su tarea de asfixiar la economía de nuestro país. Esta medida fue a nuestro juicio la que selló la decisión de acabar con esta “experiencia de justicia social y democratizadora”, que estaba sirviendo de “muy mal ejemplo” a los demás países de Latinoamérica y del mundo; demostrando que se puede llegar a una sociedad más justa haciendo transformaciones profundas, para ello, utilizando los espacios que ofrecía la propia sociedad burguesa.

Los casi tres años de Gobierno de la Unidad Popular fueron años de intensa lucha, de ir superando dificultades para poder llevar acabo el programa propuesto al pueblo de Chile en la campaña electoral de 1969. En esos casi tres años le quedaba claro al pueblo de Chile, especialmente a los obreros y campesinos, a los jóvenes, a las mujeres, a los intelectuales progresistas, que por primera vez en la presidencia teníamos un genuino representante de los trabajadores, de los pobres, de los sin voz, un representante del universo progresista y revolucionario de nuestra nación.
El presidente Allende conciente de las dificultades y de los peligros, que acechaban al proceso, al pueblo y a él, como máximo representante de éste, palpando el renacer del fascismo, encarnado en cada una de las acciones de conspiración y sabotaje impidiendo su gestión, sólo le restaba la voluntad de defender el proceso con su propia vida.

Pocos hombres como él han sido capaces de encarnar los sueños y esperanzas de los más desposeídos de nuestra patria, nadie como él hizo suyo el sentir de los trabajadores en sus ansias por más justicia social y por más dignidad.

Él fue un líder que se formó al calor de las luchas sociales y que a lo largo de su vida construyó un vínculo profundo de cercanía y pertenencia con su pueblo, al extremo de ofrendar su vida por él, así como lo enunció el fatídico 11 de septiembre de 1973: “Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”…. y así sucedió.

Salvador Allende fue una persona capaz de aglutinar y hegemonizar esperanzas y sueños, ya que el pueblo confiaba en él y esa confianza radicaba en la firmeza, convicción y pasión, con la que sustentaba sus ideas y valores surgidos de su auténtico compromiso. Salvador Allende fue capaz de develar de manera muy clara la diferencia entre los que pretendían detener la historia y los que empapados de esperanzas y sueños pretendían empujarla y conducirla.
No existe una persona más relevante en la historia de Chile que Salvador Allende y debemos tener claro que él no representa el pasado, él representa presente y futuro. Cuando observamos la deshumanización impuesta por el capitalismo salvaje y la globalización, con sus nefastas consecuencias en el ámbito político, ecológico, moral y social, nos queda claro que sus ideas cobran hoy más vigencia que nunca.

Hoy cuando vemos la forma en que se hace política, la carencia de ideales, la relativización de principios y valores, la falta de consecuencia de lo que se dice con lo que se hace, cuando “todo vale” para trepar política, económica y socialmente, cuando los cargos de representación política no se ganan con compromiso, con trabajo social, sino se reparten en forma cúpular de acuerdo a intereses de baja monta, cuando en las campañas se ganan votos ofreciendo programas que posteriormente se ignoran, la figura de Salvador Allende se alza como un águila en vuelo, quedando a la vista la calidad humana de este ser excepcional.

Querido compañero Presidente, hoy que muchos de tus seguidores de antaño que a espaldas del pueblo “negociaron”, “consensuaron” nuestros principios y que se avergüenzan de su pasado, tratando de mimetizarlo con discursos pseudo democráticos y revolucionarios, pronuncian tu nombre en voz baja y sólo en privado, queremos decirte que la gran mayoría de los que te acompañamos en ese hermoso sueño de una patria más justa, más humana, nos sentimos orgullosos de lo que compartimos, independientemente de lo doloroso que pudo haber sido, por el precio que tuvimos que pagar por nuestra consecuencia, y queremos decirte que cuentas con nuestro reconocimiento y admiración; que hoy, en este acto de homenaje a tu figura, lo reafirmamos asumiendo el compromiso de seguir enarbolando las banderas de ese pasado glorioso.

No podemos dejar de decirles al Sr. Otero y al Señor José Piñera, a todos aquellos que tratan de enlodar tu nombre, que miles de calles, plazas, monumentos, avenidas llevan tu nombre en todos los continentes de nuestro planeta y esto ocurre por la trascendencia y por el respeto que la humanidad sostiene por tu figura. No te hiciste conocido como Augusto Pinochet, el líder de estos dos personajes, por ser uno de los dictadores más crueles, por haber mandado a asesinar, a desaparecer, ejecutar ilegalmente, tomar prisioneros por conciencia, por torturar, relegar, exiliar a miles de compatriotas, que se hizo famoso por ser un ladrón que se enriqueció apropiándose de dineros y bienes del estado. No hay puntos de comparación, estos señores deberían enmudecer de vergüenza, eso hablaría mejor de ellos.

Querido compañero Salvador Allende, queda mucho por hacer queda mucho por lograr, tenemos confianza en que algún día se darán las condiciones para transformar este país en un país más justo, así como tú lo soñaste, donde se ponga como centro de su quehacer al ser humano y no al capital. Seguiremos luchando “hasta abrir las grandes alamedas por donde pase el hombre libre con derecho a educación, salud gratuita, con derecho a tener un trabajo digno, con un sueldo justo que le permita costear sus necesidades, sin depender de “bonos” u otro tipo de limosnas de parte del Estado”. Un país sin duda no es mejor cuando tiene muchos programas sociales, un país es mejor cuando no necesita de estos programas.

Querido Compañero Salvador Allende, la Unión de Ex Prisioneros Políticos de Chile UNExPP, la Agrupación de Familiares de Ex Prisioneros Políticos Fallecidos, la ANEXPP – Histórica y los Ex Prisioneros Políticos del Exilio, representados por EXILIO URBANO, te decimos…¡¡¡ hasta la victoria, siempre!!!
¡¡¡Viva Salvador Allende!!!
¡¡¡Viva la solidaridad con las víctimas de Tortura!!!
¡¡¡Vivan los trabajadores!!!

Nelly Cárcamo Vargas, Presidenta Nacional de la UNExPP de Chile

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *