A las 17 horas de ayer jueves 27 de agosto, el valioso corazón de Emilio Contardo dejó de latir.
El compañero Contardo, el destacado combatiente internacionalista, el abogado siempre disponible -a pesar de estar complicado de salud-, el amigo leal y acogedor, que han dado ejemplo de inquebrantable firmeza de principios revolucionarios, de solidaridad con los marginados y perseguidos.
En 1973, el joven Emilio era un brillante abogado socialista, a cargo del Departamento Jurídico de la Intendencia de Valparaíso. Cuando los marinos constitucionalistas fueron detenidos y torturados por denunciar a los oficiales golpistas, no vaciló en poner en peligro su carrera para asumir su defensa jurídica y política. No sólo presentó recursos de amparo, sino que la Radio Porteña fue allanada en agosto del 73 y detenidos todos los participantes de un Programa de opinión, por orden de Merino, por los antecedentes que Emilio estaba entregando a la opinión pública. Una vez consumada la traición de Pinochet y Merino, el abogado Contardo estuvo durante un largo período entre los más buscados por los agentes de la Armada. Fueron detenidos su esposa y el menor de sus hijos. Emilio debió salir del país. Estuvo cumpliendo tareas internacionalistas en diversos países del mundo. En Cuba y Nicaragua aun se habla del aguerrido abogado socialista, que prestigió al exilio chileno.
A principios de los 80 regresó al país y se distinguió por su labor en derechos humanos. El año 2000, interpuso en Valparaíso la primera demanda civil colectiva contra el Estado de Chile, representando a más de un centenar de ex prisioneros políticos y torturados, exigiendo el pago de una indemnización justa y adecuada. Esta mostró que el clamor por justicia no sólo debe concentrarse en la parte penal con querellas para el castigo a los verdugos, sino que los que sufrieron la prisión injusta, la tortura y los tratos crueles inhumanos o degradantes, son acreedores a una digna e integral reparación. Esa demanda señaló, asimismo, un camino movilizador orientado a buscar consuelo reparatorio a tanto sufrimiento y vejamen; abrió esperanzas a que el país y la Humanidad entreguen su respeto y reconocimiento a quienes padecieron el terrorismo de estado en Chile. La vía judicial se mantiene vigente con escasos progresos ante la parcial situación en que el Estado es Juez y Parte, protegido por un arcaico sistema procesal. La Unión de Ex Prisioneros Políticos ha sido consecuente en impulsar la lucha en tribunales, pero al mismo tiempo propugnamos el cambio de las reglas con nuestro proyecto de reforma procesal civil, en que el Estado se abstenga de alegar prescripción, a fin de permitirle a las víctimas tener acceso a una justicia rápida y obtener la reparación digna a que tienen derecho.
El vacío que deja su partida sólo puede ser llenado con el compromiso de seguir su enorme ejemplo, de ser consecuentes, solidarios y fraternos hasta el último aliento.
¡Compañero EMILIO CONTARDO, Presente!